Se localiza sobre todo en el sur del país y es el segundo en extensión
después del monte ribereño.
Es un tipo de monte que generalmente se desarrolla en las laderas de
sierras y cerros. En las sierras hay sitios pedregosos, frecuentemente
asociados a estrechos cursos de agua. Las zonas más bajas y húmedas es
donde están los árboles de mayor porte y, a medida que vamos
ascendiendo, se observa una vegetación más achaparrada.
Como el monte serrano se sitúa en áreas de altas cuencas, su explotación
ha provocado serios problemas al ecosistema, pues regula el régimen
hídrico de los cursos de agua. La vegetación es un elemento fundamental
en la regulación de crecidas y estiajes.
Llegan a
formarse densos matorrales con especies arbóreas tales como el Coronilla
(Scutia buxifolia), el Arrayán (Blepharocalyx salicifoluis), la Aruera
(Lithraea brasiliensis), el Tala (Celtis spinosa), el Canelón (Rapanea
ferruginea), la Envira (Daphnopsis racemosa), la Sombra de Toro (Iodina
rhombifolia), la Chirca de Monte (Dodonea viscosa), la Espina de la Cruz
(Colletia paradoxa).
Las especies de aves típicas de este
ambiente son el Macuquiño (L. nematura), el Cardenal Azul (S.
diadematus), el Zorzal (T. rufiventris), el Sabiá (T. amaurochalinus),
el Arañero Silbón (B. culicivoris), el Mirlo Charrúa (G. chopi), la
Calandria Común (M. saturninus).
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